lunes, 29 de octubre de 2012

Los banqueros no se suicidan

Suicidarse no es noticia ni aquí, ni en Japón. Existe una especie de acuerdo tácito por el que los medios no se hacen eco de la muerte cuando el causante es uno mismo. Miedo al contagio, tabús culturales de origen religioso, o la causa que sea, el caso es el suicidio raramente ocupa noticia en medio alguno ( a menos que el protagonista sea un famoso ). No obstante, de tanto en tanto la regla se rompe. Es el caso de Miguel Ángel, vecino de Granada, que el pasado miércoles se quitó la vida ahorcándose en el patio interior de su propia casa, una hora antes de que fuera desahuciado de la misma. El mismo día, otro hombre, esta vez en Burjassot (Valencia), intentó quitarse la vida tirándose desde el balcón de su piso, mientras un miembro de la comisión judicial tocaba el timbre para ejecutar también una orden de desahucio. Ambos sucesos han sido recogidos ampliamente por la prensa. 

Parece entonces, que la asociación de crisis económica, impagos de hipotecas, embargos y suicidio es algo sobre lo que sí se puede hablar. Cuando los problemas del suicida son de otra naturaleza, psíquicos generalmente, sigue valiendo la norma no escrita de los medios. Al menos, eso parece.

Mostrar el dolor y la crueldad de una crisis es necesario para que nadie se olvide de donde estamos. Los que tienen la suerte de ir tirando y esconden la cabeza deben saber que aunque ellos tiren, la sociedad en global no lo hace. Un país donde casi 400.000 familias han perdido sus casas en los últimos cuatro años por no poder pagar lo que deben al banco, es simplemente un país enfermo, degenerado, corrupto  inhumano, cruel, salvaje, estúpido. Está bien que todos lo sepamos.

Correlacionar  crisis y suicidio es extremadamente difícil. Aún así, la lógica dice que cuanto mayor sean las dificultades económicas, más alta debería ser la tasa de suicidio. La realidad actual española dice que bien podría ser, pero afortunadamente no está muy claro.

Viendo el gráfico de arriba se comprueba que hay una tendencia alzista en el número de suicidios, pero por suerte en términos absolutos, no relativos, las cifras se mantienen relativamente bajas antes y después del inicio de la crisis. Pero ¿por cuánto tiempo será así ? Nadie lo puede predecir, todo dependerá de cuánto dure esta crisis, de su evolución, y de si al fin los que luchan por impedir los desahucios consigan su objetivo o no, entre otros factores.

Otro gráfico y nuestra intuición  nos puede ayudar, no obstante, a reflexionar sobre por donde pueden ir los tiros.
El gráfico muestra como a pesar de la crisis, la morosidad hipotecaria de las familias se ha mantenido en valores muy cercanos desde 2.009 hasta aquí. El dato contrasta severamente con el de la morosidad de las promotoras inmobiliarias, que a mitad de año se acercaba de forma exponencial al 30%, lo que supone un monto de 78.582 millones de dudoso cobro, frente a los 19.123 de las familias. 
Parece claro que el pufo bancario no debemos buscarlo de momento entre los pobres ciudadanos que compraron una vivienda de precio ficticiamente irreal, hipotecándose de por vida para ello; lo que realmente provoca la crisis bancaria es el sector inmobiliario, que curiosamente se encuentra en manos de los mismos protagonistas de la crisis, esto es, los bancos. Extraña paradoja donde los bancos son origen y fin del problema.

El banco malo cuando esté en marcha antes de que acabe el año supondrá un reset parcial de las deudas bancarias. Las curvas deberán por lo tanto bajar, y se supone que la de los promotores inmobiliarios no volverá a crecer en años o décadas (al menos así debería ser, hay pisos en este país para dar y tomar. Aunque tratándose de España, yo no pondría la mano en el fuego). Pero ¿qué pasará con las hipotecas familiares? Por descontado, a las familias nadie les ayuda, así que si la crisis dura, que es de lo que tiene pinta, la morosidad hipotecaria familiar seguirá creciendo. Todo está de cara para que así sea: más paro (quizás del 30%), menos recursos, más carga fiscal, menos ayudas, etc. A los bancos no les debe preocupar en exceso, si eso pasa, ya vendrá otra vez el Estado a echar una mano. A los ciudadanos, en cambio, nos debe preocupar, y mucho, y es que la primera gráfica que hemos visto se nutre de trabajadores, no de banqueros o políticos. Por algo será.

jueves, 25 de octubre de 2012

10 razones por las que Rubalcaba sí debería dimitir

1- Porque ostenta el cargo de secretario general del PSOE tras un proceso de primarias delegadas. No ha sido elegido, por lo tanto, directamente por las bases (militantes y simpatizantes) del partido.

2- Porque su oposición tras casi un año de gobierno popular  ha sido de un perfil muy bajo, especialmente en lo referente a todas las medidas de recorte del estado del bienestar. Lo que se puede interpretar como una cierta forma de connivencia con dicha manera de gobernar. Además, el 78% de las bases del PSOE suspende la oposición de Rubalcaba, lo cual sólo viene a reforzar el primer punto.

3- Porque su discurso, sus formas, sus actitudes, resultan caducas y desfasadas, demostrando incapacidad para liderar un proceso de renovación y saneamiento del partido socialista. Tras ocho meses como secretario general, la renovación sigue pendiente.

4- Porque su participación en el Gobierno de Zapatero,  ya sea como ministro o Vicepresidente primero, lo inhabilita como una opción creíble a ojos de muchos ciudadanos. 

5- Porque después de 38 años en política forma parte de la casta política que ha corrompido nuestra democracia transformándola en una demagogia.

6- Porque no se le conoce ningún programa serio, riguroso y viable de resolución de la crisis económica.

7- Porque en las encuestas del CIS siempre suspende, siendo su última nota de tan sólo 3,8.

8- Porque su incipiente discurso federalista resulta poco creíble en el momento en que suena más a una reacción al independentismo catalán y a la celebración de elecciones autonómicas en Cataluña el próximo mes, que a una verdadera opción en la que crea mínimamente,

9- Porque no tiene carisma

10- Porque sus argumentos para no dimitir son peores que los argumentos aquí escritos



martes, 23 de octubre de 2012

Por un futuro que funcione

Si entendemos la prima de riesgo como un indicador de la confianza de los inversores en la solidez de una economía, resulta chocante que un gobierno saque reiteradamente la tijera presupuestaria cuando su     diferencial respecto al bono alemán habita la cómoda banda de los 20-30 puntos. Hacer recortes importantes y muy rápido no debería ser agradable para ningún gobierno, ya que resulta altamente impopular, y la impopularidad se paga con la pérdida de votos. No obstante, para un político que se define como fan de Margaret Tatcher, y que prometió menos Gobierno y más sociedad, no debe ser especialmente una carga muy pesada lo de ir recortando en prestaciones y servicios. Es el sueño de cualquier neoliberal, recortar el tamaño del Estado hasta dejarlo en la mínima expresión. Si además, cuando se llega al poder se está en medio de una recesión, miel sobre hojuelas, porque los recortes,  aún sin haber formado parte del programa electoral, se pueden justificar sin que ello levante demasiadas ampollas.

Por lo de la prima tan baja, que si no parecería que estamos hablando de Rajoy. No es casualidad, es que a don Mariano el personaje en cuestión ya le causaba admiración mientras él era sólo oposición (1). Ahora, ya en el poder, simplemente se dedica a imitarle. Salvando las distancias, son como vidas paralelas (Algunas distancias: David, que así se llama el personaje en cuestión, estudió Filosofía, Política y Economía en la Universidad de Oxford, obteniendo los mejores resultados de su promoción; Mariano, en cambio, es Licenciado en Derecho por la Universidad de Santiago de Compostela, y Registrador de la Propiedad).

Como Rajoy, David, que se mudó al 10 de Downing Street un día de mayo de 2.010, creía tener su particular receta para salir de la crisis; pero si Rajoy entró a degüello reformando el mercado laboral sólo algunas semanas después de haber llegado al Gobierno; Cameron, que así se apellida el personaje en cuestión, fue más cauto, y necesitó de casi medio año en anunciar su primer programa de austeridad. Era, eso sí, un programa muy ambicioso, que tenía como objetivo reducir el déficit del 11,1% del PIB en 2009-10 al 1,6% en 2015-16. Para conseguirlo el programa se basaba en la aplicación de un paquete de medidas del tipo: mandar al paro a  medio millón de  funcionarios, reducir los gastos ministeriales un 19%, retraso de la edad de jubilación, subida del IVA al 20%, entre otras.

Si Cameron creyó en algún momento que su programa iba a dar resultados de cara al final de su legislatura, hoy en día esa idea debe haberse borrado de su mente. Lo cierto es que dos años después, el único dato bueno de la economía británica, junto con un sorprendente paro de "sólo" el 7,9% (2),  es la ya mencionada prima de riesgo, y eso gracias a contar con un banco central propio, con capacidad para cortar de raíz cualquier movimiento especulativo. Por lo demás, los datos macroenómicos británicos son simplemente un desastre. En agosto de este año, "el Reino Unido acumuló tres trimestres de recesión y el Banco de Inglaterra ha estimado que el PIB no llegará a un saldo positivo en 2012 cuando a principios de año la previsión era de un 2%. El déficit alcanza los 15.300 millones de euros frente a los 8.000 millones de 2011", situándolo en 8% del PIB. Vamos, que de lo previsto nada de nada.

Aun así, Cameron insiste y a principios de mes ya ha anunciado que hará falta aplicar más medidas dolorosas para salir de la crisis, con nuevos recortes del gasto social por valor de 10.000 millones de libras. A pesar de poder contar con la capacidad que otros no tienen, al ser dueño de la máquina de hacer dinero, el fracaso de sus medidas de ajuste enmarcadas en un contexto de crisis europea general, no dan mucho margen al gabinete de Cameron, que ya ha probado casi todo lo que se podía probar:  "se han mantenido los tipos de interés bajísimos durante 28 meses, el Gobierno ha tomado prestados 390.0000 millones de libras (el 27% del PIB) en tres años y se han inyectado otros 200.000 millones vía política monetaria. Pero ninguna de estas tres políticas ha reanimado a la economía. La libra ha permanecido a niveles muy bajos, pero las exportaciones tampoco han conseguido impulsar recuperación alguna". Si al comienzo de la legislatura, los recortes podrían ser de alguna manera calificados de opcionales, ahora ya no tienen casi nada de optativo, son simplemente una huida hacia adelante. Seguro que ahora Cameron no estará tan convencido de sí mismo: no es lo mismo recortar salvajemente al principio que hacerlo habiendo cruzado el meridiano de la legislatura.
Por si tenía alguna duda, el pueblo británico ha decidido este pasado domingo comenzar a dejárselo claro, así más de 100.000 ciudadanos se han manifestado contra las políticas de austeridad en Londres, Glasgow y Belfast. Resulta muy significativo el lema de la convocatoria: “Por un futuro que funcione”. Parece que la ideología neoliberal no siempre resulta una garantía de futuro. ¿ Pasará lo mismo con España ?


(1) Recomiendo encarecidamente la lectura del artículo del enlace. Es del 6 de noviembre de 2.010, y pone de evidencia a aquellos que se puedan hoy sentir engañados por el PP que no leyeron lo que tenían que leer, porque advertidos ya estábamos todos.
(2) Parte de la explicación de por que el paro no es más alto se encuentra en el empleo temporal (3 millones de trabajadores)

sábado, 20 de octubre de 2012

Las bromas de Rajoy

Terminó hoy día 19 de octubre en Bruselas la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE. En la de junio Rajoy sacaba pecho, su amenaza de plantón junto con la de Italia y Francia parecía haber doblegado a la férrea Merkel, arrancándole el compromiso de apostar por la unión bancaria y fiscal. Europa debía trabajar para desarrollar esa unión hasta la cita de octubre, donde se debía fijar el contenido y el calendario. Rajoy ha dormido desde entonces con la esperanza de que el proceso fuera rápido, lo suficiente rápido como para desligar la ayuda a nuestros bancos de la contabilidad del Estado, y encontrar un poco de aire en la difícil situación en la que se encuentra. Pues bien, hoy se puede ir ya a dormir tranquilo, ha fracasado también en este intento. Merkel le ha devuelto la moneda y le ha dicho en la cara que tururú, que los bancos no se pondrá financiar  directamente sin pasar por el Estado y sin su aval hasta por lo menos bien entrado el 2.013, lo cual a lo mejor quiere decir hasta el 2.014. 

La broma de tal fracaso nos sale a los españoles por un ojo de la cara, unos 40 mil millones, según el propio Rajoy. Más déficit que añadir al existente. Huelga decir que consecuencias comportará a nuestras economías y vidas. Seguramente el margen de maniobra con el que contaban esta vez los mandatarios españoles, franceses e italianos era casi nulo. Merkel piensa ya en clave electoral de cara a las elecciones del año que viene. Pero seguramente no haya sido la única razón de este nuevo "nein". Muy probable que la jugarreta de la cumbre de junio haya pasado factura. Merkel no podía volver a presentarse ante los alemanes como una dirigente débil. Si así ha sido, ¡qué fracaso en la estrategia de Madrid, menuda mala gestión de las negociaciones! ¡Menudos diplomáticos!

Rajoy vive en otra galaxia, en su mundo de ilusión, cree que el pueblo es tonto (recortando y "españolizando" la educación algún día así será, pero hoy por hoy aún no somos lelos del todo); por eso se cree con derecho de ir por la vida diciendo lo primero que se le pasa por la cabeza. Hoy como las cosas no le han ido muy para allá, pues toca quitarle hierro, así que se dice: " Los 40,000 mil millones para la banca no son una de las principales preocupaciones del Gobierno. Y si España ha pedido el rescate bancario no ha sido porque le urja especialmente. Lo que pasa es que España quiere que haya una unión monetaria, y por eso es bueno que haya una recapitalización directa". Olé, olé y olé.

Claro que sí, al fin y al cabo ¿ qué es un 4% del PIB arriba o abajo ? No mucha cosa, o al menos eso debe pensar El Mundo, que en su edición digital reserva las palabaras de Rajoy para la cuarta noticia de la sección de economía, situando los comentarios de Rubalcaba en la página principal. 

Dentro de unas semanas o meses cuando el Gobierno vuelva a subir impuestos, bajar prestaciones, recortar ahí y allá, nadie se acordará de lo que hoy ha pasado. Rajoy saldrá muy serio y dirá que el Estado necesita ahorrar 40.000 mil millones extras, y que por lo tanto, aunque no le guste, no le queda otro remedio que aplicar este nuevo paquete de medidas dolorosas. No hay alternativa, pero él sabe que está haciendo lo que hay que hacer, y cuando se hace lo que hay que hacer, es decir, cuando se actúa como Dios manda, no hay que tener miedo. Tarde o temprano se recogerán los frutos, y nuestra economía volverá a crecer, el paro disminuirá y bla, bla, bla. 

¿Les suena a coña? ¿No me creen que vaya a pasar?  ¿No se apostarán algo a que así es?

viernes, 19 de octubre de 2012

La política. Las formas modernas

Si para algo está sirviendo la crisis de la eurozona es para mostrar muy claramente quién gobierna realmente en las democracias demagógicas del mundo occidental. Nunca hasta ahora los distintos gobiernos de turno, sea cual sea su color, se han mostrado tan títeres, ni tan sumisos ante el poder oculto ejercido por unos pocos: la llamada oligarquía financiera. Lo ocurrido en Italia en noviembre de 2.011 con el Gobierno de Berlusconi se erige por el momento en la mejor prueba palpable de la existencia real de dicho poder, y hasta dónde está dispuesto éste a llegar con tal de garantizar el cumplimiento de sus objetivos. En Grecia, en Portugal, en España, los distintos gobiernos democráticamente elegidos desmontan implacablemente el modelo del estado de bienestar a base de Decretos-ley, que tienen siempre al pueblo como protagonista perjudicado, y a la minoría que ostenta el poder del dinero como gran beneficiario. Y todo ello sucede con el beneplácito del propio pueblo, que atónito y aturdido sólo alcanza a manifestar tibiamente su descontento de forma esporádica; pero que no duda en atender a su cita con las urnas cada vez que se le requiere, con la vana esperanza de creer que solamente por el hecho de votar a aquella formación, en vez de aquella otra, la cosa va a mejorar, y sus problemas van a terminar. Es sólo una ilusión, un espejismo, los propios políticos se han constituido en una casta, cuyo único fin es aferrarse a los beneficios derivados del ejercicio de la función pública. Beneficios que ellos mismos se han otorgado, muchas veces al margen de la ley, deteriorando así la imagen de la política, llevándola a convertir en sinónimo de corrupción.

Nada de lo que está sucediendo en Europa es novedoso, quizás en las formas, aunque realmente ni tan siquiera en ello (la misma filosofía de austeridad fue impuesta por el FMI a los deudores del Tercer Mundo desde los años sesenta hasta los ochenta), por eso no es de extrañar que los antiguos pensadores griegos ya hablasen en los términos que someramente vimos en los artículos anteriores. En el fondo todo deriva de lo mismo: la codicia humana, y el afán por hacerse poseedor del poder y del dinero. Pero si la historia se repite, cabe esperar entonces que de alguna manera su desenlace también esté ya escrito. La única duda que se plantea es saber que pesa más de cara al futuro: el poder institucional de los gobiernos electos, o el poder real de la oligarquía financiera. Arístóteles nos dijo que la Democracia se transforma en Tiranía, tras haber degenerado en Demagogia, y en ese proceso estamos. Por otra parte, la Oligarquía se convierte en Democracia cuando las desigualdades se convierten en insostenibles, ese proceso justo acaba de empezar en Europa.

Hay pruebas evidentes de que las fuerzas de transformación se han puesto en marcha. Los movimientos del 15-M, los indignados, y su afán de recuperar el verdadero sentido de la democracia, acabando con las injusticias derivadas del actual sistema, son un buen ejemplo de ello. Lo que empezó como casi espontaneas peticiones de una democracia real ya , se transforma en movimientos más ambiciosos en sus objetivos (25-S) y dejan entrever  una posible revuelta en un futuro no muy lejano del pueblo contra el poder del dinero. En ese caso, la Democracia volvería , desapareciendo el poder oculto de la oligarquía y la casta de políticos demagogos. Una hoguera purificadora es pues una posibilidad.

No obstante, el camino hacia la Tiranía puede ya haber echado a andar y su avance podría ser muy rápido. Visto desde la altura, y sin tomar partido por unos u otros, lo que sucede en Catalunya desde el pasado 11-S es un buen indicador. Un político demagogo, capaz de haber pactado con el mismo diablo, toma eco del sentimiento popular y transforma de la noche a la mañana su discurso, ilusionando al pueblo que lo aclama. Promesas de un mundo mejor, más libre, más justo. Muchas palabras, pocas explicaciones de cómo se llega a ese mundo. Pocos casos tan perfectos para definir la auténtica demagogia. Subrayar que en ningún momento se pretende aquí afirmar que Catalunya se vaya a convertir en una Tiranía si finalmente el objetivo de la independencia es alcanzado. Es sólo que la forma de actuar, y la rapidez con la que se expande, deja entrever el peligro para nada ficticio de que en cualquier momento aparezca un verdadero demagogo entre los demagogos, que nos embaucará a todos para arrastramos por el camino de la sumisión y la dictadura.

Que no hay nada permanente fue constatado por los sabios helenos, que vivimos tiempos de transformación lo constatamos todos cada día que pasa, que el destino que nos espera sea uno u otro, en cierta manera no depende mucho de nosotros, ya que los pueblos se erigen como unidades supra-individuales, con alma y vida propia, siendo los individuos meras células de ese organismo superior llamado sociedad. Pueden apostar por una alternativa u otra, pero seguramente sólo será eso, una apuesta, nunca una decisión. Personalmente, yo me inclino por el camino que nos arrastra hacia la Tiranía, como opción más probable. Es pura intuición. Intuición y saber que vivimos en un mundo fuertemente individualizado, idiotizado desde los medios, con muchísima información, pero habiendo sido educados para consumirla, no tenemos tiempo, ni ganas, para entenderla, procesarla y asimilarla. Somos, por lo tanto, meros engullidores de información. Bajo ese prisma, se hace más fácil creer que estamos más cerca de que nos embauquen, que seamos algún día capaces de rebelarnos de forma espontánea. El tiempo que todo lo cambia nos lo dirá algún día. 

sábado, 13 de octubre de 2012

La Política. Las formas clásicas (II)

Aristóteles contraponía la Monarquía a la Tiranía, afirmando que la diferencia fundamental entre un Monarca y un Tirano reside en el respeto a la leyes. El Monarca aristotélico gobierna para el pueblo, el Tirano para sí mismo. La Monarquía puede perdurar, siempre que mantenga un mínimo respeto por la leyes , la Tiranía no; por lo general antes de la tercera generación habrá desaparecido, dando paso a un gobierno ejercido por una minoría. La cara honesta de  los gobiernos de pocos se denomina Aristocracia, la cruz o versión negativa, Oligarquía.

La Aristocracia ("gobierno de los mejores") es una forma de gobierno clasista, que excluye de la dirección a los obreros, a los labradores, a los artesanos y a los comerciantes, debido a que éstos no poseen la razón ni la educación para llegar a la verdad. La Aristocracia se convierte en Oligarquía ("gobierno de pocos") cuando desatiende las necesidades del pueblo, y se centra exclusivamente en atender las suyas, gobernando para aumentar su riqueza y poder. El hecho de que sean muy pocos los que viven bien, hace que la tendencia natural de la Oligarquía sea derivar, tras una rebelión de los pobres, en la Democracia, cerrando el círculo que iniciamos en la primera parte de este artículo.

Las seis formas de gobierno aristotélicas: Democracia, Demagogia, Monarquía, Tiranía, Aristocracia y Oligarquía, deben entenderse como modelos idealizados de una realidad, que frecuentemente resulta mucho más compleja. Así, para poder analizar políticamente una sociedad concreta, en un período de tiempo concreto, es normal tener que recurrir a la combinación de dos o más formas aristotélicas, ya que raramente encontraremos unos rasgos tan puros, que permitan una clasificación inequívoca basada en una única forma.

España en el 2.012 se define como una democracia gracias a su Constitución de 1.978, y de facto así es, ya que la responsabilidad del gobierno recae en aquellos que las urnas eligieron. No obstante, el comportamiento del Gobierno actual, y también el de los antecesores, muestra rasgos inequívocos de una degeneración progresiva hacia la demagogia. Algunos ejemplos:

-Prometer y no cumplir: "Si gana Rajoy bajarán los impuestos"
-Cumplir lo no prometido: "El Presidente del Gobierno Mariano Rajoy anunció el paquete de medidas económicas más duro de la democracia española: recorte del sueldo a los funcionarios, de la prestación del paro y subida del IVA del 18 al 21 por ciento y reconoció que las medidas no figuraban en el programa electoral con el que se presentó a los comicios generales del 20 de noviembre"
-Desoír y perseguir a las minorías críticas: "La reforma penal de Rajoy convertirá actos del 15M y la ´primavera valenciana´ en graves delitos"
-Atender a las minorías pobres sólo cuando es rentable políticamente: "Rajoy prorrogará la ayuda de 400 euros para parados 'mejorándola'"

La lista se puede hacer tan larga como se desee, los ejemplos abundan. No obstante, insisto, la demagogia no es exclusiva del gobierno actual, ya que tanto con Zapatero, como con Aznar  y anteriores, la demagogia estuvo siempre presente. Incluso alguien puede llegar a pensar que éste es el menos demagogo de cuantos gobiernos hemos tenido en los últimos treinta años, ya que nadie tuvo la osadía de aplicar tantas medidas impopulares en tan poco tiempo. La visión cambia radicalmente si tenemos en cuenta que en España, como en la mayoría de países del siglo XXI, la Democracia o la Demagogia convive con otra forma degenerada de la política: la Oligarquía de las grandes fortunas, de los bancos, del dinero.

En el próximo artículo hablaremos de qué forma la Oligarquía financiera somete a nuestro Gobierno, y a otros tantos, sin que éstos, demagogos como son, intenten ni tan siquiera elevar una palabra por encima de otra. También, tomando la idea de movimiento de los filósofos helenos, reflexionaremos sobre lo transitorio de la situación actual, ya que más tarde o más temprano el actual sistema se transformará, siendo lamentablemente la forma más probable, y siguiendo el modelo aristotélico, la Tiranía.  

jueves, 11 de octubre de 2012

La Política. Las formas clásicas (I)

Dice el artículo primero de la Constitución que España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político.

Democracia. Demos ("pueblo"), krátos ("poder"). Estado en el que la titularidad del poder reside en el pueblo, en su concepción moderna; gobierno de la multitud, en su concepción griega clásica. Para Aristóteles, la Democracia no es la única manifestación del gobierno de la mayoría, ya que cuando la democracia se corrompe degenera en Demagogia o gobierno de todos sin respeto de las leyes, donde prevalece la demagogia sobre el interés común.

Demagogia. Demos("pueblo"), ago("conducir"). Arte de conducir al pueblo. El demagogo manipula los sentimientos del pueblo, especialmente mediante halagos fáciles y promesas infundadas, para transformar a la población en una masa de fácil dominio, la cual engañada deposita en él su confianza para alcanzar el poder.

Aunque la Democracia según Aristóteles es una de las tres formas en la que se pueden manifestar los buenos gobiernos o respetuosos con las leyes (Monarquía y Aristocracia, son los otros dos), su maestro, Platón,  jamás la consideró como forma ideal, formulando críticas muy duras hacia ella. La realidad es que algunas de esas críticas merecen la pena ser reflexionadas profundamente:


  • la masa popular (hoi polloi) es asimilable por naturaleza a un animal esclavo de sus pasiones y sus intereses pasajeros, sensible a la adulación, sin constancia en sus amores y odios; confiarle el poder es aceptar la tiranía de un ser incapaz de la menor reflexión y rigor;
  • cuando la masa designa sus magistrados, lo hace en función de unas competencias que cree haber observado -cualidades oratorias en particular- e infiere de ello la capacidad política;
  • en cuanto a las pretendidas discusiones en la Asamblea, no son más que disputas que oponen opiniones subjetivas inconsistentes, cuyas contradicciones y lagunas traducen su insuficiencia.


Por todo ello, y aunque se pueda pensar en defender la Democracia frente a la Demagogia, por ejemplo, mediante la educación, ya que cuanto más culta sea la población, más fácil será para ésta evitar caer en las trampas de los políticos que formulan falsas promesas y engaños, adornando, edulcorando la realidad con sus discursos huecos y falaces; lo cierto es que por la propia naturaleza del pueblo todo será en vano, imponiéndose tarde o temprano la Demagogia. Mientras ésta dure, la moral se irá degradando progresivamente, las minorías críticas empezarán a ser despreciadas y perseguidas, incluso con violencia, la corrupción se generalizará, pero se disimulará con un maquillaje adecuado. Mientras tanto, las mayorías, serán respetadas y aduladas, concediéndoles todo tipo de caprichos inmediatos, todo en aras de mantener su favor en las urnas, forma que tiene el demagogo de perpetuarse en el poder.  

Los gobiernos demagogos no gobiernan para la sociedad, sino para ellos mismos, por eso, tarde o temprano los efectos perniciosos de este quehacer provocarán crisis profundas que alterarán al pueblo. La amenaza de perder la confianza de éste, llevará al demagogo más ambicioso a convencer a buena parte de la sociedad  de la necesidad de una salvación, una regeneración imperiosa. Así, esgrimirá cualquier artimaña que le permita alcanzar finalmente el poder total, pacífica o violentamente. Será el último engaño, ya que el Tirano una vez en el poder pondrá fin a la democracia, y no necesitando más al pueblo, podrá manifestarse tal y como dicta su propia naturaleza: cruel y despiadado, ambicioso y ególatra. El peor de los sistemas según Aristóteles. 

El mundo del siglo XXI poco tiene que ver con las sociedades mediterráneas que los maestros Platón y Aristóteles pudieron observar hace cerca de 2.500 años. No obstante, sus pensamientos no son en absoluto obsoletos, poniendo de  manifiesto que la naturaleza humana no ha evolucionado aún lo suficiente como para permitir  encontrar una forma ideal y estable de vivir en sociedad. Platón pensaba que esa forma ideal debía plasmarse en un gobierno minoritario de sabios, cuya sabiduría y sentido de la justicia  garantizarían el respeto absoluto de las leyes. La llamada sofocracia. Ha pasado mucho tiempo desde que Platón escribió esas ideas en "La República". En todos esos años ni un sólo gobierno se ha aproximado a ese concepto de sociedad, por lo que desde un punto empírico no podemos criticarlo. Es como si todos nosotros siguiéramos viviendo como los antiguos griegos en una caverna, y aún no hayamos sido capaces de llegar al mundo de la luz, aunque muchas veces pensemos que ya lo hemos conseguido. Al menos en política, seguimos viendo sólo sombras.

En el próximo artículo continuaremos hablando de las tres formas de Estado restantes según el análisis de Aristóteles: las dos justas ya nombradas, Monarquía y Aristocracia, y la degeneración de ésta, la Oligarquía.   

sábado, 6 de octubre de 2012

Galicia, Feijóo y el voto autómata

Leo con sorpresa moderada que el PP revalidará su mayoría absoluta en Galicia con 38 escaños, según el CIS. Creía que el desastroso quehacer del PP en el Gobierno del Estado le podría pasar factura en Galicia, pero parece que no será así. Por suerte algunos lectores de la Voz de Galicia me dan algunas pistas para entender lo que pasa: "ten a seu favor que a maioria do electorado galego que vota ao PP e automata"; "el PP haga lo que haga en Galicia siempre tiene una mina de votos.[...] La gente no es muy valiente en Galicia y tienen miedo a las novedades";"¿castigamos a Feijóo por los desastres de Rajoy y ponemos durante 4 años al impresentable cuatripartito para que hagan de nuevo de las suyas?"
Alberto Núñez Feijóo
La verdad es que como que no vivo en Galicia no estoy autorizado para juzgar la labor del señor Feijóo durante sus tres y año medio al mando de la Xunta, aunque a tenor de los comentarios de los lectores de la Voz no parece que hiciera ningún mérito para merecerse un premio tan grande. Pero los gallegos sabrán lo que les conviene, al fin y al cabo quienes sufrirán los errores y disfrutarán los aciertos del señor Feijóo, si los tuviere, son ellos y sólo ellos. Para mi este tema no es mi cerveza, como dirían los alemanes.

No obstante, esta encuesta ha despertado en mi interior algunas reflexiones pasadas. Son viejas preguntas, atrevidas, pero que seguro que no he sido el único que se las ha formulado alguna vez. Son dudas del tipo ¿por qué todos los votos tienen el mismo valor? Para saber a donde quiero llegar, tomemos como ejemplo de voto cuestionable el del autómata que nombraba un lector. Un votante que desatiende la realidad en la que vive, que prescinde de evaluar los riesgos y las ventajas de las diferentes alternativas, y se limita a votar siempre a los mismos, por la razón que sea (ideología, costumbre, desidia, fijación, etc.), es un lastre para la sociedad. Por razones probabilistas es absolutamente imposible que el mejor gobierno proceda siempre del mismo partido, luego la estrategia del autómata está condenada a fallar de tanto en tanto. Además, esta actitud contamina el sistema democrático, ya que en la medida que un partido se hace dueño de suficientes votos autómatas, comienza a saber que hacerlo lo mejor posible puede dejar de ser un objetivo, pudiendo caer perfectamente en las tentaciones más comunes de los políticos: corrupción, abandono de responsabilidades, inoperancia, enajenación de la realidad, elitismo etc. Por otra parte, la existencia del voto autómata supone un freno para el fomento de las alternativas, llevando al desánimo la creación de propuestas diferentes que sin duda dotarían de mayor salud al sistema, y ayudarían a garantizar su supervivencia.

Realmente soy de la opinión de que el voto autómata no debería existir, no estoy diciendo con ello que se deba volver al sufragio calificado, entre otra razones porque ello tampoco supondría garantía alguna de su erradicación, pero, de alguna manera se debería luchar por eliminarlo. Lógicamente, en una sociedad donde el automatismo se ha instalado, es altamente difícil combatirlo, ya que el gobierno apoltronado no tiene el más mínimo interés en hacerlo; por otra parte vivimos en sociedades donde la información nos invade, pero la mayor parte de esa información resulta cuanto menos sedante, cuanto más es simplemente idiotizante, casi nunca formativa. Sin información fresca y sana, sin debate externo e interno, el autómata no puede cambiar, será siempre autómata.

Si piensan que con estas reflexiones me refiero exclusivamente a Galicia, porque un lector de la Voz piense que el voto del pueblo gallego está automatizado, se equivocan. Creo que en todos los rincones de los países donde existe democracia es así. En algunos sitios en mayor grado, en otros, en menor, pero en todas partes cuecen habas. También creo que luchar contra este status quo debería ser el primer objetivo de aquellos que pretenden cambiar algo. El voto, o el no voto, es la pieza fundamental de este juego, es el que permite tener a unos o a otros en el poder, y debería ser por lo tanto un acto muy importante para cualquier ciudadano. No se debería descuidar, ni frivolizar con él. Debería ser fruto de un trabajo previo de interés personal, y no el resultado mecánico de un resorte que se activa el día que nos dicen que se debe activar. Aunque sólo sea por coherencia nuestra, ¿cómo podemos echarle la culpa de todos los males a los políticos, y acabar votando casi siempre a los mismos? ¿Estamos tontos acaso?

miércoles, 3 de octubre de 2012

El otoño caliente de Engracia Hidalgo

A la espera de que a finales de mes se publiquen los resultados de la EPA (Encuesta de Población Activa) del tercer trimestre, ya sabemos, no obstante, que el paro registrado(1) en los meses de verano se ha incrementado en 90.010 demandantes. En lo que va de año la cifra acumulada en las oficinas del INEM asciende ya a 282.920 personas más.


En boca de  la secretaria de Estado de Empleo, Engracia Hidalgo, se prevee un "otoño caliente" en lo que al desempleo se refiere.

Engracia Hidalgo, secretaria de Estado de Empleo
Obviamente, a la secretaria de Empleo el dato no le parece bueno, aunque se esfuerce en maquillarlo argumentando que el paro de septiembre del pasado año fue todavía peor. A veces se nos olvida que nuestra economía está en crisis, pero ahí está doña Engracia para recordárnoslo, y  por el mismo precio darnos una clases de economía para no economistas: "la previsión macroeconómica es que el PIB cierre el ejercicio en negativo. Por tanto, la evolución de la contratación estará ligada a la de la economía." Bueno, eso ya lo decía el señor Okun hace mucho tiempo. Sorprende que para justificar el paro a toro pasado se recurra al argumento del PIB, y que en cambio para las predicciones de futuro se intente obviar, diciendo por un lado que el PIB seguirá cayendo, por otro que el desempleo se recuperará. Un consejo a los miembros del Gobierno, no luchen contra una ley, que aunque la de Okun sea empírica, no deja de ser ley, tienen todas las de perder. 

Pero no se trata de un juego, a ver quién tiene razón si el Gobierno o Okun, se trata de que cada día que pasa hay más hogares españoles que lo pasan francamente mal, y que, hoy por hoy, no hay nada, absolutamente nada, que nos haga pensar que eso vaya a cambiar, ni siquiera la reforma laboral a la que  indefectiblemente se refirió la señora secretaria en la misma rueda de prensa del martes. ¡Vaya con la reforma laboral, qué perezosa nos está saliendo. y cuánto está tardando en dar sus frutos!

Lo que si es una certeza es que el Gobierno no está acertando en su previsiones presupuestarias anuales para la partida de los Servicios Públicos de Empleo, ya que había previsto una rebaja del 5,5% para este año, y a dato de agosto (hay siempre un retraso de un mes en la publicación) se llevaban consumidos 21.107 millones, o lo que es lo mismo, un 5,7% más que el año anterior. Es por eso por lo que Hidalgo calificó como "factible" la necesidad de tener que pedir un crédito extraordinario para poder pagar el paro de lo últimos meses del 2.012. Una nueva desviación deficitaria a sumar a la lista. No es la única relacionada con el empleo. La destrucción de un puesto de trabajo origina un coste ligado a la prestación por desempleo, pero por otro lado, implica que el Estado deja de ingresar por contribuciones sociales e IRPF. Si tomamos como bueno un dato del 2.009, cada parado cuesta de media 28.000€ al Estado. Eso significa que el paro acumulado este año está suponiendo un coste adicional de 7,9 mil millones de euros respecto al 2.011. Bastante dinero. Menos que los intereses de la deuda, pero mucho dinero al fin y al cabo.

Ya no voy a seguir incidiendo en el tema del bucle letal de los recortes que llevan a más recortes, por no hacerme pesado, pero tal y como están las cosas, si yo fuera pensionista me iría mentalizando de que eso de que las pensiones ni tocarlas será dentro de poco la última promesa que le quedaba al Gobierno por incumplir. Suerte que ahí están los sindicatos para evitarlo. De momento se volverán a manifestar este domingo en las principales capitales de provincia contra los recortes del Gobierno, especialmente contra los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2.013, y ya estudian convocar una huelga general antes de Navidad. Sin comentarios.

(1)  Para entender por qué los datos del INEM y de la EPA no coinciden, recomiendo leer el artículo de El Mundo, al que apunta este link.