Eso si se cumplen las mejores perspectivas para la economía española, es decir, si la previsión del PIB para el año en curso y los siguientes tres se acerca a lo estimado por el Gobierno el pasado mes de julio. En caso de que estas estimaciones sean demasiado optimistas, tal y como apuntan todas las fuentes que no sean el propio Gobierno: FMI, Moody's, etc., el balance de destrucción de empleo todavía podrá ser mayor, alcanzándose la escalofriante cifra de 1.435.000 desempleados más que en diciembre de 2.011
Todo ello se desprenden de la aplicación de las previsiones de crecimiento de nuestra economía en un modelo basado en la conocida ley macroeconómica de Okun.
Resulta significativo que según este modelo solo habrá un tímido repunte en el crecimiento de la ocupación en los teóricos últimos doce meses de la era Rajoy. Aunque el 2.014 suponga el primer año de recuperación de la economía ( +1,4% según el Gobierno, +0,9% según el FMI ), eso no tendrá a penas efecto visibles en la ocupación. Eso es debido a que según el modelo de Okun, la economía española necesita tasas de crecimiento superiores al 1,34% para comenzar a crear empleo neto.
Según el último barómetro del CIS el paro es la preocupación número de los españoles (77,8%), seguido de los problemas económicos (46,3%) y la clase política (24,3%). Debe resultar muy frustrante para un Gobierno tener que gobernar a base de decretazos en cada Consejo de Ministros, pero más debe ser saber que por mucha reforma laboral, financiera, o del tipo que sea, en el problema número uno están condenados a fracasar. Y es que así es como valorarán los ciudadanos la gestión del Gobierno en materia de desempleo, como un enorme fracaso, ya que más de un millón de puestos destruidos después de cuatro años de gobierno es un fracaso, se mire como se mire.
Intentar explicar que sin sus medidas de recorte, sin su buen saber hacer, la cosa habría sido mucho peor, resultará vano. Primero por que ya hay una cuarta parte de la ciudadanía que ve a los políticos como un problema en sí mismo. Segundo, por que este Gobierno no comunica bien, y sin explicaciones, muchos serán los que piensen que las cosas podrían haber sido de otra manera, que no hacía falta desmontar en tan poco tiempo todo lo que tanto costó levantar, y menos para ser incapaz de arreglar el problema que más importa: tener un trabajo que permita llevar el pan a casa. Todo lo que puedan decir sonará, suena, a música celestial.