En cuanto al desempleo, la bola de cristal gubernamental nos da una de cal y una de arena. La parte positiva, si es que nos fiamos de las previsiones, es que el paro tocará techo este año. De hecho ya lo hemos tocado, pues se espera que 2.013 cierre con una tasa de desempleo del 27,1%, que es casi exactamente el valor obtenido para el primer trimestre por la EPA (27,16%).
Fuente: Ministerio de Economía y Competitividad |
Aún pasando por alto los errores del pasado, no hay razón por la que debamos desconfiar en la sinceridad de nuestro Gobierno a la hora de elaborar este escenario económico de futuro. El Ministerio de Economía tiene buenos expertos, y dispone de mucha información, por lo que los valores que han ofrecido deben ser considerados como los más probables. No obstante, hay algo que me chirría, y tiene que ver con las previsiones para este año y el que viene.
Tenía oído que nuestra economía, a diferencia de la de otros países, necesitan crecimientos del PIB del orden del 2% para crear empleo. y que por debajo de esa frontera el paro aumentaba. Pero eso no parece que vaya a pasar ya nunca más, y eso que hasta la conselleira de Traballo de la Xunta, Beatriz Mato, lo decía no hace muchos días: "para hablar honestamente de creación de empleo hay que superar el 1,8 % del PIB"
Esta visto que la señora Mato no estaba al tanto. Pobre consellereira, anclada en el pasado, creyéndose que las reformas de Rajoy no iban a cambiar el comportamiento económico de nuestro país. De acuerdo que en los últimos 15 años no haya habido ni un sólo año en que hayamos reducido paro sin un crecimiento por encima del 3% (ver gráfica inferior), pero eso era antes de la reforma laboral.
Gracias a ella, y al buen trabajo del Gobierno, la curva de la ley que relaciona PIB y paro (Ley de Okun) ha cambiado su comportamiento, o técnicamente, su pendiente, germanizándose tanto, que a partir de ya, como pasa con Alemania, bastará crecer unas décimas del PIB para que el paro baje.
Sinceramente, me lo creeré cuando lo vea, de momento opino que la conselleira no iba tan mal encaminada, y que si las previsiones del Gobierno son ciertas con el PIB, difícilmente lo pueden ser con el paro, y viceversa. Sea como fuera, este informe mandado a Bruselas puede haber servido para fijar una moratoria de dos años en el objetivo del déficit, pero a parte de eso, no creo que vaya a tener mucha más utilidad, salvo ser la excusa perfecta para pedir que tengamos un poco más de "paciencia", que lo bueno está aún por llegar.
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