sábado, 17 de noviembre de 2012

Carrera de relevos

El decreto contra los desahucios aprobado el jueves por el Gobierno no supone el fin de la anteposición de  los intereses bancarios sobre los de los ciudadanos. El mandato constitucional del artículo 47, que dice que "todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada", se sigue manteniendo en un discreto segundo plano, lo que resulta del todo intolerable, por antidemocrático y anticonstitucional. Para más inri, esta vez el Gobierno no ha estado solo, el decreto-parche ha sido elaborado con la connivencia manifiesta del principal partido de la oposición. A pesar de la gravedad de esta evidencia, si mañana hubiese elecciones generales, y a tenor de los últimos barómetros, PP y PSOE se repartiría entre un 54,7% ( Metroscopia) y un 64,5% (CIS) de los votos. 

¿Cómo lo hacen, cómo consiguen ese apoyo ciudadano cuando su espíritu de gobierno es tan claramente anticiudadano? No hay tantos banqueros, ni ricos, ni enchufados en este país como para justificar estos porcentajes. Al PP y al PSOE le votan, por lo tanto, los pobres y la clase media, es decir una ingente parte de aquellos a los que no representan, y de los que se mofan y se ríen siempre que hay ocasión (La exministra Trujillo: “El que tenga deudas, que las pague”). En términos absolutos, y admitiendo un porcentaje de abstención parecido al de las últimas elecciones, estamos hablando de cerca de unos 15 millones de ciudadanos que avalan con su papeleta esta curiosa forma de entender la democracia. Ignoro su razones, y la verdad es que tampoco me interesan, son un caso perdido, y no se puede contar con ellos para resolver el problema. 

En la curva del anterior post, "Sociología política de estar por casa", la suma de los ciudadanos que opinan que la situación política actual es muy mala, regular o buena suma aproximadamente un 60% de los españoles con derecho a voto. Es obvio que los que opinan que la situación actual es buena o regular son la cantera del PP, los únicos que por simpatía a los colores pueden opinar subjetivamente que vivimos buenos o regulares tiempos para la política. La suma de éstos da cerca de un 19% de ciudadanos, valor coherente con la última encuesta CIS, que otorgaba 16,1 puntos en intención de voto al PP. Por otro lado, aquellos que votarían al PSOE deben formar parte de los que opinan que la situación ahora es muy mala. Vimos que los que así piensan son un 40% de los españoles con derecho a voto. Pero al PSOE no le va a votar un 40%, por los sondeos, a duras penas llegaría a la mitad de ese porcentaje, es decir, un 20%. El otro 20% restante son los votos que  quedan a repartir como migajas entre el resto de formaciones que no son PP ni PSOE, es decir, IU, UPyD, CiU, Amaiur, PNV, etc.

Con absoluta licencia para especular, si toda esta información se pasa al gráfico de la situación política, ésta se puede convertir en una curva indirecta de intención de voto, que tendría una forma parecida a la siguiente:
Este nuevo gráfico evidencia que el PP cae mes a mes en intención de voto, presa de sus errores y el malestar ciudadano que está provocando con su forma de gobernar. Aun así, los votos que pierden no se van al PSOE, que cada vez se va diluyendo como un azucarillo, sino que sirven para dar más oportunidades a los pequeños partidos, que recogerían mucho mejores resultados que 2.011. 

Con este panorama, la opción más elegida pasaría a ser la abstención, camino de alcanzar valores cercanos al 40%. No obstante, como en nuestro sistema el que no vota no cuenta, el PP tiene por el momento asegurado seguir en la poltrona. Vamos a admitir que la situación general sigue igual de  mal hasta el 2.015, lo más probable es que la curva azul del PP caiga a valores más bajos, es posible que a valores que le impidan volver a formar Gobierno, el cual pasaría a ser otra vez del PSOE, que casi sin  duda tendría que buscar ayudas en alguna o algunas de las formaciones restantes de la curva roja. ¿Supone eso alguna esperanza de regeneración democrática, se salvaría así el estado del bienestar amenazado de muerte por el PP? La respuesta es un rotundo no, no mientras la dirección del PSOE siga aceptando como casi buenos decretos como el de los desahucios, no mientras sean dirigidos por los de siempre.

¿Estamos perdidos entonces, no hay salvación posible? Seguramente así es, ya que la única posibilidad viene dada por un cambio de actitud de los ciudadanos de la curva amarilla. Ésos que pasan de apoyar a nadie, porque saben que son el mismo perro con distinto collar. Mientras la curva de la abstención siga estable, calmada, pasota, nada cambiará. Claro que para votar algo distinto a lo que hay, primero ese algo debe existir. La pregunta es: ¿a qué esperan, a qué esperamos, para crearlo? El no haberlo hecho, fue a mi entender el fallo imperdonable del 15M y del movimiento indignado. Luchar exclusivamente en la cancha de las calles y no hacerlo también en la de las urnas, nos condena a todos a seguir dependiendo eternamente de los mismos, ésos que cada cuatro u ocho años se van pasando el testigo de esta absurda carrera de relevos. No queda mucho tiempo para reaccionar, el tiempo se acaba antes de que el daño sea irreversible.

1 comentario:

  1. De lo mas impresentable que alguien ha podido decir, mas siendo socialista. Así no me extraña que muchos votantes del PSOE estén desencantados con personajes de este tipo en su partido.

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