Con el único fin de encontrar respuestas por mí mismo a una pregunta, que de momento no desvelaré, y aprovechando que para escribir mi último post he estado chafardeando por la página del CIS; he creído interesante visualizar gráficamente la serie "Valoración de la situación política actual" del Barómetro. Los datos disponibles son mensuales desde 1.996 (excepto agosto, que el CIS se va de vacaciones). La información es por lo tanto bastante extensa, pero yo he pensado que para lo que busco me bastaría con representar sólo los datos del 2.011 y los meses trascurridos del presente 2.012. El resultado es la gráfica que de inmediato muestro.
A continuación algunas reflexiones, fruto de su observación, de la intuición, y algo, muy poco, de análisis:
- Entre un 40 y un 35% de los ciudadanos creen que la situación política es mala. El cambio de Gobierno del PSOE al PP ha tenido poco efecto sobre esta parte de la población: tras una reducción inicial de unos 5 puntos, la tendencia desde junio está siendo volver a los mimos niveles de la época Zapatero. De una forma intuitiva se podría pensar que este grupo se caracteriza por la desilusión, la desmotivación y la apatía política. Seguramente gran parte de los más de 11 millones (31%) de ciudadanos que no fueron a votar el 20-N forman parte del grupo.
- Por increíble que parezca, tanto con el anterior Gobierno, como con el actual, ha habido y hay gente que opina que la situación política es buena. Yo no conozco a nadie que opine así, pero si el CIS lo dice, será que existen. El primer mes del PP en la Moncloa disparó el tamaño del grupo hasta un notable 7,8%. Sólo fue un espejismo, desde entonces caída libre hasta llegar a niveles de Zapatero (2,3%). Su tamaño es tan bajo, que no merece la pena dedicarle mucho más tiempo.
- Llegamos a la parte interesante: el grupo de los "muy mal" y "regular". Lo primero que llama la atención es el comportamiento casi simétrico que siguen sus respectivas curvas, dando a entender que hay un vasto grupo de ciudadanos (alrededor del 55%) que alternan el negativismo más absoluto con la aceptación resignada. Una bipolaridad que nos hace pensar que son ciudadanos que se resisten a tirar la toalla, creen, o quieren creer en el actual sistema, pero no parece que confíen mucho en los actuales políticos. Por eso la celebración de nuevas elecciones y el cambio de Gobierno, se tradujo en un descenso brusco de la curva del "muy mal". Era la ilusión y la esperanza del cambio, que experimentó casi un 15% de los españoles. Por desgracia para Rajoy y los suyos, esa ilusión se ha evaporado en tan sólo 6 meses de gobierno (todo un récord), y no se ha detenido ahí. Hoy en día ya hay un 40% de ciudadanos que piensan que la situación es muy mala. Y la curva parce que no tenga intención de pararse ahí.
Ha llegado el momento de desvelar mi pregunta, y que no es otra que la siguiente: ¿cómo un Gobierno como el actual, que está desmontando a golpe de hacha todo lo que tanto tiempo y esfuerzo costó edificar, continuaría siendo la fuerza más votada si mañana hubiera elecciones generales (ver post anterior)? Sé que la clave de la respuesta está en la curva que acabamos de ver. Mi intuición me dice que estoy muy cerca de entenderlo, pero se hace tarde y necesito tener la cabeza fresca para continuar. Además desde hace una hora yo debería estar de huelga (aunque, ¿hacen huelga los blogueros?), no vaya a ser que venga un piquete y se cargue lo que su tiempo me llevó escribir.
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