sábado, 22 de diciembre de 2012

Bernanke busca apoyo entre los muertos

Hace pocos días, en concreto en octubre, Ben Bernanke, actual presidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos (FED), declaraba en una rueda de prensa: "Milton Friedman hubiera apoyado lo que la FED está haciendo". Como accionados por un resorte, todos los fans de Friedman saltaron indignados. ¿Por qué?. Sencillamente porque el economista de Chicago jamás defendió a la FED, habiendo llegado a reconocer varias veces que si por él fuera la aboliría. No obstante ese deseo, el pragmatismo de Friedman le llevó a escribir muchas páginas sobre como debía actuar la FED, ya que a pesar de todo, la FED existía.
En la colosal obra "A Monetary History of the United States. 1867-1960", que Friedman escribió junto con Anna Schwartz en 1963, los dos economistas argumentaban que la Gran Depresión, no fue, como generalmente se había aceptado, un fallo del mercado, sino un fallo del Gobierno y de la FED, que no acudieron suficientemente en ayuda de las entidades bancarias. No hacerlo causó una oleada de quiebras financieras, que de no haberse producido, habría ayudado a impedir que los ciudadanos mantuvieran por miedo el dinero ocioso debajo de sus colchones, y los bancos supervivientes en sus cámaras acorazadas, temerosos de sacarlo en forma de prestamos, por miedo a quebrar también. En 2002, el propio Bernanke, año en el que entró en la Junta de Gobernadores de la FED, dijo en un discurso en honor del noventagésimo cumpleaños de Friedman, que "le gustaría decir a Milton y Anna, en relación a la Gran Depresión. Tenéis razón, lo hicimos. Pero gracias a vosotros, no lo volveremos a hacer de nuevo". Sólo cinco años más tarde, y siendo ya presidente de la FED (1 de febrero de 2006), Bernanke tendría la oportunidad de poner a prueba sus palabras con la crisis de las subprime. Aunque la lista de bancos quebrados como consecuencia del desplome financiero era de 110 en agosto del 2009, entre ellos un gigante como Lehman Brothers, la realidad es que esta vez la FED sí que inyectó la liquidez que negó en la crisis del 29. Bernanke sí cumplió su promesa. 

Es por ello por lo que a lo mejor se cree con derecho en buscar aprobación para sus actuaciones en alguien que lógicamente no se lo va a rebatir, ya que Friedman está muerto desde 2.006. Tampoco lo podrá hacer ya Anna Schwartz, que ha fallecido en junio de este año. No obstante, ella sí que tuvo ocasión de evaluar el comportamiento de la FED. Lo hizo en una entrevista para el Wall Street Journal en Octubre de 2008, declarando que “el mayor problema de Bernanke es que no se da cuenta de que esta crisis no es como la de los años 30, y sin embargo las medidas que esta tomando la FED son las que debían haberse usado entonces. De hecho, no veo que las soluciones que propone la Reserva Federal estén siendo efectivas...”

Ni Friedman ni Schwartz podrán escribir en un futuro sobre la actual crisis o las futuras, no podrán analizar  las verdaderas causas, y opinar si esta vez el Gobierno americano y la FED actuaron bien o mal. Eso le corresponderá hacerlo a otros. Pero lo que sí sabemos es que dentro de la doctrina neoliberal más pura de Milton Friedman, la FED seguiría sin tener razón de ser. Como él hizo, hay que aceptarla porque existe, pero nada más. Seguramente en pocos puntos habrá tanto consenso entre los partidarios de Friedman y los antineoliberales. Y es que se hace tremendamente difícil justificar que sea beneficioso para la humanidad que “el poder de determinar la cantidad de dinero ...  sea ejercido por unas cuantas personas, no importa qué tan cívicas sean, si es que hay cualquier alternativa posible”, con palabras del propio Milton.

Para entenderlas en toda su amplitud hay que conocer la historia de la FED. Hay que saber que la responsabilidad de la impresión y emisión de la moneda más importante del mundo, el dólar, recae en manos de unas pocos. Unos pocos, que utilizando métodos nada democráticos fueron capaces de crearla con base legal en 1913, siendo Presidente Woodrow Wilson. Años más tarde el propio Wilson llegó a reconocer que :

"Nuestra gran nación industrial está controlada por un sistema de crédito. Nuestro sistema de crédito está concentrado en manos privadas. El crecimiento de la nación y, por consiguiente, de todas nuestras actividades está en las manos de unos pocos hombres quienes, necesariamente, o por motivos de sus propias limitaciones, congelan, frenan y destruyen la genuina libertad económica. Nos hemos transformado en uno de los peores gobiernos, uno de los más completamente controlados y dominados gobiernos del mundo civilizado, no más un gobierno de libre opinión, no más un gobierno de creencias y del voto de la mayoría, sino un gobierno de la opinión y coacción de un pequeño grupo de hombres dominantes."

La FED y lo que se esconde tras de ella merece la pena que sea tratado en un artículo aparte, por no decir en un libro de muchas páginas.

lunes, 17 de diciembre de 2012

Los Chicago Boys

«Un dictador puede gobernar de manera liberal, así como es posible que una democracia gobierne sin el menor liberalismo. Mi preferencia personal es una dictadura liberal y no un gobierno democrático donde todo liberalismo esté ausente»
 F. von Hayek, (1981, Chile)

La economía chilena estaba en crisis cuando los militares acabaron con la democracia y el Gobierno de Salvador Allende, verdadera razón del alzamiento y posterior instauración del régimen dictatorial. Pero la crisis chilena no era una excepción, el mundo entero padecía los efectos de una recesión iniciada en 1970, y que había llevado al presidente Nixon en agosto de 1971 a tomar una decisión histórica: poner fin a la convertibilidad dólar-oro, instaurando la era del patrón dólar. Esta decisión suponía el primer gran triunfo de las ideas neoliberales de la escuela de Chicago, ya que Nixon la tomó desoyendo la opinión de Henry Hazlitt y Paul Samuelson, que aconsejaban una devaluación del dólar frente al oro, en favor de las ideas monetaristas de Milton Friedman. La senda de la economía de mercado estaba despejada. El mundo caminaba nuevamente hacia el liberalismo económico y Chile iba a ser su primer laboratorio de pruebas.

Allende llegó al poder en noviembre de 1970 prometiendo convertir a Chile en un Estado socialista a través del marco legal y prescindiendo de la vía revolucionaria. La administración Nixon intentó en vano impedir que Allende ganará las elecciones, ya que Chile no debía ser el enésimo país que se pasaba a la esfera de influencia soviética, y sobre todo porque Chile era estratégico para la economía americana, gracias a sus minas de cobre, y los importantes intereses económicos que tenían algunas grandes empresas, como Anaconda y Kennecott (minería) o  ITT (telefonía). Nixon y Kissinger (secretario de Estado) dieron órdenes muy claras a la CIA, dentro del marco del proyecto FUBELT, para evitar el triunfo de Allende. Como no lo consiguieron, el objetivo pasó a ser su destitución mediante un golpe de estado. Aquí no fallaron.


Los militares, encabezados por Agusto Pinochet, sabían como mantener el orden a base de muertes y violaciones de los derechos humanos, pero no eran expertos en economía, así que después de unas primeras medidas de carácter intervencionista y de aumentar el gasto público, la economía seguía sin presentar signos de recuperación. Para tratar de enderezar el rumbo, decidieron que sería mejor dejar el tema económico en manos de los expertos, y para ello se dirigieron a la Universidad Católica de Chile, donde unos jóvenes economistas, la mayoría con postgrado en la Universidad de Chicago, aconsejaron la implantación de un plan de choque basado en las ideas que habían mamado en Chicago a través de Milton Friedman y sus seguidores. Para que los militares conocieran mejor de lo que estaban hablando, los economistas, que pasarían a conocerse posteriormente como los Chicago Boys, consiguieron convencer al dictador de que tuviera una entrevista con su maestro Friedman. En un principio, éste no tenía interés en ese encuentro, llegando a exigir a cambio la liberación de dos presos políticos de origen judío. Demanda que los militares no podían satisfacer, porque esos presos eran desaparecidos. A pesar de ello, 30.000€ y la insistencia de sus pupilos chilenos, acabaron por doblegar las reticencias de Friedman y su esposa, a la que no le gustaban los gobiernos militares. Friedman y su esposa viajaron a Chile el 25 de Marzo de 1975, en una visita de seis días, que incluyó un encuentro con el dictador, y que apenas acabó durando 30 minutos, pero éstos fueron suficientes para que sólo un mes más tarde algunos de los Chicago Boys llegaran al Ministerio de Hacienda, Economía y a la dirección del Banco Central chileno.

Los chicos de Chicago aplicaron el plan de shock, recomendado por Friedman, y que consistía en reducir el gasto público en un 20%, despedir al 30% de los empleados públicos, aumentar el IVA, privatizar la mayor parte de las empresas estatales y liquidar los sistemas de ahorro y de préstamos de vivienda.  En un principio el plan no tuvo efecto positivo en la economía, pero a partir de 1977 se inició la recuperación de las macrocifras, excepto la tasa de desempleo, alrededor del 20%, debido, entre otras causas, a los despidos masivos de trabajadores públicos y de las empresas privatizadas.

Se habló de un "boom", del milagro chileno, en boca de Friedman, que sólo duraría cinco años. En 1982 Chile volvería a caer en crisis, provocada por la recesión mundial de 1980 y la excesiva dependencia externa de la economía chilena impuesta por los neoliberales. La crisis supuso la salida de los Chicago Boys del puesto de mando en 1982, dando paso a un breve periodo de vuelta al keyniasismo. En 1985 la economía chilena pasa a ser dirigida por Hernán Buchi, quien finalmente logra la reactivación de la economía y al que se le atribuye el llamado “Segundo Milagro Chileno”. Buchi aplicó medidas de corte neoliberales, pero alejadas del fundamentalismo de los Chicago Boys.

Más allá del éxito o fracaso del experimento neoliberal en Chile, merece la pena reflexionar sobre unas palabras extraídas de un texto escrito por el secretario privado de Allende,  Ozren Nikola Agnic Krstulovic (1935-2010), en el 2.008:

"La experiencia chilena se repite con similitud en todos los países que han pasado por el proceso de aplicar  el shock económico creado por Milton Friedman. En esos Estados también existe corrupción en las privatizaciones, remuneraciones que no crecen en paralelo al PIB, aumento en las desigualdades en la distribución de las rentas, millones de consumidores abusados,  niveles crecientes de desocupación laboral, desaparición de miles de medianas y pequeñas empresas, concentración en grandes empresas, etc. Inclusive se aprecia aumento de la  delincuencia, atribuible en gran medida a la falta de oportunidades para sus habitantes, siendo las clases medias y populares los grandes perjudicados. Como para que mediten nuestros gobernantes..."

martes, 11 de diciembre de 2012

El Método Milton

Las únicas sociedades que han sido capaces de crear una prosperidad relativa ampliamente extendida han sido aquéllas que han confiado principalmente en los mercados capitalistas. 
Milton Friedman

Cuando Milton Friedman fue invitado por F. von Hayek a participar en la reunión de Mont-Pèlerin (Suiza) en 1947 era un economista de 34 años desconocido para la opinión pública. Hacia sólo un año de su doctorado y de su nombramiento como profesor de Teoría Económica en la Universidad de Chicago. En esta universidad, su pensamiento liberal, opuesto al keynesianismo de la época, fue compartido por un grupo de economistas, que como él abogaban por un mercado libre, muy poco o nada intervenido por el Estado. No obstante su ideología, durante la década de los 50 Friedman escribe análisis técnicos, más o menos apolíticos, que le ayudaran a elevar su prestigio profesional. Especialmente relevantes serán sus trabajos “Metodología de la Economía Positiva” (1953),  "Una Teoría de la Función de Consumo" (1957), donde plantea un modelo teórico más satisfactorio sobre el comportamiento de los consumidores a partir de la función keynesiana; y "Un Programa de Estabilidad Monetaria y Reforma Bancaria", primera referencia de la doctrina monetarista.

Es también en la década de los 50 cuando se produce un hecho que con el tiempo adquiriría una dimensión inesperada. La Universidad de Chicago y La Pontificia Universidad Católica de Chile firman un convenio en 1956, en virtud del cual un número reducido de alumnos chilenos tuvieron la oportunidad de realizar estudios de postgrado en Chicago. El convenio formaba parte del denominado "Proyecto Chile", organizado en 1950 por el Departamento de Estado de EE.UU. y financiado por la Fundación Ford[1], que tenía como fin influir en el pensamiento económico chileno. Tanto Friedman como sus colegas liberales debieron pensar que aquella era una oportunidad única de exportar sus ideas allende de las fronteras norteamericanas, y como más adelante veremos, la supieron aprovechar.   

Durante la década de los 60 Friedman mantiene su labor docente y de investigación sobre aspectos monetarios. Son los años en los que su creciente prestigio le permiten pasar a formar parte de la asesoría económica de los candidatos del Partido Republicano. En 1967 pronuncia un discurso en la Asociación Económica Estadounidense, que sólo unos años más tarde le supondrá poderse anotar uno de los más sonados tantos a favor de sus doctrinas. En dicho discurso Friedman advirtió de los riesgos de un fenómeno macroeconómico todavía casi desconocido, pero que según él se acabaría por producir. Hasta esa fecha se asumía como cierto, y la experiencia así lo corroboraba, que en períodos de crecimiento el empleo era alto y los intereses bajos, lo que producía un aumento del consumo, que a su vez arrastraba a una mayor producción, que se podía vender más cara, provocándose así un aumento de la inflación. Por el contrario, en los períodos de recesión el desempleo crecía, los intereses también, y la producción buscaba el nuevo equilibrio disminuyendo, todo lo cual acarreaba una bajada de precios, es decir, una inflación más baja. Pues bien, Milton Friedman llegó y dijo que una situación donde el desempleo es alto y la inflación también, era posible de forma continuada. Y eso sería así si los gobiernos se obcecaban en mantener la inflación como forma de luchar contra el desempleo en los tiempos de recesión. Un gobierno intervencionista sabía que en una época de precios crecientes la contratación se vuelve atractiva si la inflación es tal que acabe compensando las subidas salariales y el extracoste de las nuevas contrataciones. El éxito de esta política era a juicio de Friedman solamente temporal, ya que en caso de que la situación de recesión se prolongase en el tiempo, el método acabaría siendo un fracaso, y no sólo eso, se volvería contraproducente. ¿Por qué?, sencillamente porque los trabajadores se acabarían percatando con el tiempo de su pérdida de poder adquisitivo, con lo cual reclamarían mayores aumentos salariales, razón por la cual, el desempleo acabaría por no bajar sustancialmente, mientras que los precios seguirían altos.

Las palabras de Milton fueron proféticas, ya que durante casi toda la década de los 70, la mayoría de los países occidentales tuvieron que soportar unas tasas de paro y unos niveles de inflación jamás vistos. Era el gran triunfo de las ideas neoliberales sobre el keynesianismo imperante. En 1976 la Academia sueca le concedió el Premio Nobel de Economía, como reconocimiento a sus estudios en las esferas del análisis del consumo, de la historia y la teoría monetaria, así como de la política de estabilización económica. 

Durante los siguientes años hasta el de su muerte en 2.006, Friedman ejerció una ferviente labor divulgadora de las ideas neoliberales, llegando a participar en programas de televisión, en los que satanizaba las políticas intervencionistas y de manera casi fundamentalista ensalzaba las virtudes de los mercados, como única forma de alcanzar la prosperidad duradera. Su mensaje caló hondo, y una legión de fieles seguidores acabaron por seguirle devotamente. Sin duda, Milton fue una de las mentes más influyentes de la segunda mitad del pasado siglo XX, y todo ello, sin perjuicio de que salvo el éxito de su predicción "estanflacionista"[2], el resto de sus métodos y recetas tuvieron una más que dudosa tasa de éxito allá donde por desgracia tuvieron que padecerlas. Pero eso es tema para el siguiente artículo, donde hablaremos de los "Chicago boys" y el experimento chileno.


[1] La Fundación Ford fue creada el 15 de enero de 1936 por Edsel Ford, el hijo de Henry Ford, y dos ejecutivos de la Ford Motor Company "para recibir y administrar fondos para propósitos científicos, educativos y caritativos, para el bienestar público". Wikipedia.

[2] Estanflación es un término que fue acuñado en 1965 por el entonces ministro de Finanzas británico, Ian McLeod quien, en un discurso ante el Parlamento en ese año, dijo:
"Ahora tenemos lo peor de ambos mundos: no sólo inflación por un lado o estancamiento por el otro, sino ambos juntos. Tenemos una especie de "estanflación". Y, en términos modernos, se está haciendo historia". Wikipedia.

sábado, 8 de diciembre de 2012

Mont Pelerin Society


"Las demandas de justicia social carecen de sentido, por que las demandas de justicia son sencillamente incompatibles en cualquier proceso natural de carácter evolutivo"
F. von Hayek



En Europa se libra una guerra que va más allá de la deuda soberana, el futuro del euro o la propia recesión económica. En esta ocasión no hay bombas ni cañones, ni generales ni soldados, hay decretos y directivas, gobiernos y ciudadanos. Las batallas se disputan en los ministerios, en los parlamentos, en los bancos y de momento muy poco en las calles. En juego, el modelo de sociedad, o lo que es equivalente, la propia concepción del ser humano.

Tras el desastre de la II Guerra Mundial, Europa creyó haber aprendido de sus propios errores y fundamentó su recuperación en una serie de principios que alguien etiquetó con el nombre de Estado del Bienestar[1]. El principio fundamental sobre el que se edificó este modelo social reconocía a todos los ciudadanos, sin ningún tipo de exclusiones, el derecho social a tener un mínimo nivel de vida, siendo una responsabilidad de todos garantizar ese derecho. Se aparcaba, por lo tanto, el concepto de caridad hacia los más desfavorecidos, pasando el Estado a ser el responsable de garantizar los derechos sociales de todos los ciudadanos. Además, el Estado debería velar por la buena marcha de la economía, la cual, tomando las ideas de John Maynard Keynes, habría de tener como meta el pleno empleo, para lo cual era necesario que tanto el gasto privado, empresarial, como público fuera incentivado.

En mayor o menor medida estas ideas se extendieron por el continente, permitiendo a los europeos vivir  cerca de tres décadas de prosperidad y paz. Pero la economía es cíclica, y una serie de factores que confluyeron a principio de la década de los 70 pusieron en jaque al modelo del Estado del Bienestar. El mundo occidental sufrió un fenómeno que no cabía dentro de las teorías keynesianas, la estanflación, o lo que es lo mismo, el estancamiento de la economía y la subida de los precios conviviendo a la vez. Las consecuencias de dicho fenómeno, ni que decirlo hay, se tradujeron en un aumento de la deuda de los estados, y del paro. Era el momento en que las voces de los críticos a Keynes iban a ser tenidas en cuenta. Era el momento de los neoliberales.



Pero, retrocedamos otra vez a los primeros años de la posguerra, en concreto al abril de 1947. En el Hôtel du Parc de la localidad de Mont-Pèlerin, cerca de Vevey, Suiza, se celebra un encuentro en la que participan 36 personalidades, en su mayoría economistas, con algunos historiadores y filósofos. El promotor es un economista austriaco llamado Friedrich von Hayek (1899-1992), el cual había conseguido el apoyo financiero de banqueros e industriales suizos para la celebración del evento. En su juventud von Hayek  y desde la cátedra en la London School of Economics (1931-1950) había rivalizado con Keynes desde un punto de técnico y teórico; pero en 1947 los trabajos de von Hayek ya no son tan técnicos, dedicando sus esfuerzos a temas más filosóficos o sociales. La reunión de Mont-Pèlerin debía tener como objetivo precisamente la difusión de sus ideas, muchas de las cuales habían quedado recogidas en su obra crítica de la economía planificada y del socialismo, Camino de servidumbre (1944):

"Es la sumisión del hombre a las fuerzas impersonales del mercado que, en el pasado, hizo posible el desarrollo de una civilización que sin esto no habría podido hacerlo; es por la sumisión que participamos cotidianamente en la construcción de algo más grande que lo que todos nosotros podemos comprender plenamente"

"Cualquier política dirigida directamente a un ideal de justicia distributiva, es decir, a lo que alguien entienda como una distribución "más justa", tiene necesariamente que conducir a la destrucción del imperio de la ley porque, para poder producir el mismo resultado en personas diferentes, sería necesario tratarlas de forma diferente. Y ¿cómo podría haber entonces leyes generales?"

Por supuesto, que estas ideas van en contra corriente, lo cual no impide que al terminar el encuentro los 36 miembros de aquella reunión en el Hôtel du Parc decidan constituirse como una asociación multidisciplinaria creada, en palabras de sus propios fundadores y seguidores, para preservar los derechos humanos amenazados por la difusión de ideologías relativistas y afines a la extensión del poder arbitrario. En palabras más claras, para constituirse como un grupo de oposición al comunismo, socialismo y el Estado del Bienestar, que ellos consideraban que eran la misma cosa. Desde entonces hasta hoy la sociedad se ha reunido con una frecuencia casi regular de dos años, en diferentes lugares del mundo. Cabe subrayar que hasta nueve premios Nobel de economía han formado parte de su lista de miembros, el propio von Hayek en 1974, Milton Friedman (1976), George Stiegler (1982), James M. Buchanan (1986), Maurice Allais (1988), Ronald Coase (1991), Gary Becker (1992) y Vernon Smith (2002).

La influencia de esta sociedad es básica para entender lo que ha sucedido en los últimos años en el mundo y se puede considerar que los objetivos de la misma de alguna manera se están cumpliendo. Aunque como decíamos al comienzo, la batalla final de esta guerra se está todavía librando. El péndulo ha girado, y hoy hablar de justicia social, derechos sociales, etc. está mal visto, hoy se habla de globalización, productividad, recortes y liberalización de los mercados. Von Hayek al final le devolvió bien el golpe a Keynes.


[1] La nociones actuales de "Estado del Bienestar" corresponde al término inglés Welfare State (del que es traducción literal), cuyo uso quedó acuñado a partir de 1945, en la posguerra de la Segunda Guerra Mundial, a partir de una expresión original de William Temple, entonces Arzobispo de Canterbury, en la que contraponía las políticas keynesianas de posguerra al Warfare State ("Estado de Guerra") de la Alemania Nazi. Wikipedia.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

El Gobierno Neoliberal

Buscando por la red textos sobre el neoliberalismo, encuentro uno de un venezolano llamado Oswaldo Ramírez Colina, politólogo y CEO de una consultora de temas políticos.  Me paro en la apartado dedicado a la ideología política del neoliberalismo, que dice así:
"El postulado principal del Neoliberalismo es que la competencia pone a funcionar hasta el tope las energías latentes en los individuos que conforman el todo social, y así la extrema movilidad que se genera, tras una etapa dolorosa de ajustes, provoca una sociedad de bienestar. Para que este postulado se realice, el Estado no puede sobreproteger al pueblo: el populismo o la planificación central mantienen al pueblo en perpetua minoridad; al atrofiarle la iniciativa y la responsabilidad lo mantienen no sólo improductivo para la sociedad sino débil y carente de valor a sus propios ojos."

El discurso me resulta extrañamente familiar a pesar de ser la primera vez que lo leo. Tengo la sensación de haber escuchado parte del contenido en boca de otros. Intrigado decido hacer algunas búsquedas, por ejemplo con la palabras "energías latentes en los individuos". Mi intuición me dice que la tarea será más rápida y fructífera si antepongo a las palabras clave las siglas PP. El resultado en Google me lleva a otro artículo, titulado "Sin compasión". Su autor, Miguel Ángel Belloso, vicepresidente del Consejo Editorial de Expansión y Actualidad Económica, y vicepresidente del Observatorio del Banco Central Europeo, entre otros cargos. El nombre del blog donde se ubica el artículo da algunas pistas sobre la ideología del señor Belloso: "Apuntes liberales de un chico de derechas". Si se quiere saber un poco más sobre el personaje resulta también interesante la entrevista que le hizo Jordi Évole para el Salvados del 30 de octubre de 2.011 (¿Que paguen los ricos?). Pero

jueves, 29 de noviembre de 2012

La ropa sucia no se lava en casa

Un incendio en la fábrica textil Tazreen Fashion, situada a unos 30km de la capital de Bangladesh, Daca, mató la noche del pasado sábado a 113 trabajadores y dejó heridos a unos 100. Este lunes un nuevo incendio estalló en las instalaciones de RMG ubicadas en un edificio de 12 plantas en el área de Dakkin Khan, al noroeste del aeropuerto de Daca, con un saldo de 10 heridos.  

¿Fatal casualidad, hechos aislados? No tanto, ya que en 2.010 dos incendios en dos fábricas bengalíes de ropa fueron también la causa de 21 y 22 muertes en febrero y diciembre de aquel año. Las firmas afectadas fueron entonces Garib & Garib y Ha Meen. Seguro que los nombres de estas empresas no le dicen nada, pero en cambio es muy probable que en el armario de su casa cuelguen una o varias prendas fabricadas en sus talleres. La industria textil de Bangladesh exporta hacia los países occidentales tanto, que es la segunda más importante del mundo, sólo superada por China. Entre los principales clientes, firmas como C&A, Walmart, H&M, Marks & Spencer o Carrefour. Éstas sí que les suenan, ¿verdad?


martes, 27 de noviembre de 2012

La estrategia fallida de Mas

Mas vio la luz el 11-S. Ayer, 25N, descubrió que junto a la luz también hay sombras, incluso oscuridad. Las elecciones que se sacó de la chistera para que la magia de la Diada condujese a Catalunya directamente a la independencia, no han dado el resultado que él quería. Mas ha sido un falso profeta. Siguiendo la lógica que él planteaba, estas elecciones debían ser una clara demostración a España y al mundo de que el pueblo catalán quiere decidir por sí mismo su destino. Tras esa demostración vendría el referéndum y todos los pasos necesarios para articular el encargo popular. Autoproclamándose líder de ese proceso, reclamó el voto del independentismo para su persona. Él había de ser el Mesías, y no otro.

Pues bien, no ha sido así, lo cual no quiere decir que una gran parte del pueblo catalán no ansíe la independencia, quererla la quieren muchos, lo que pasa es que hay bastantes de esos muchos que piensan que ese camino se debe hacer sin el guía Mas. Pero no hablemos de muchos o bastantes, las urnas han hablado, y ya podemos poner  cifras encima de la mesa. Sumando el voto de las formaciones inequívocamente  separatistas, esto es, CiU, ERC, CUP, SI y SiR, obtenemos 1.781.792 papeletas potencialmente favorables al SÍ en un hipotético referéndum para la independencia; lo que supone un peso más que notable dentro de la sociedad catalana: 33,9% del censo; 48,7% de votantes.

Todo son especulaciones, porque lo que ayer se votaba eran elecciones al Parlament, no plebiscitarias. Pero este tipo de especulaciones son las que Mas pretendía usar para llevar a cabo su plan. Es obvio que existe un enorme riesgo de error cuando se extrapolan resultados de esta manera, pero siguiendo la lógica de Mas, el referéndum a favor de la independencia podría ser perfectamente ganado por los soberanistas (a faltar de definir las reglas del plebiscito en cuanto porcentajes a favor del SÍ, y porcentaje mínimo de participación). No obstante, el camino hacia la soberanía está ahora un poquito más lejos de lo que estaba, porque el revés electoral sufrido por CiU se asociará fuera de Catalunya a un fracaso del independentismo. Graso error, pero Mas ha querido que así sea, al autoproclamarse Mesías. Un líder siempre avanza, nunca retrocede. Menos 12 diputados es un buen retroceso. 

Y ahora ¿qué?. No sé lo que se volverá a sacar Mas de la chistera, pero el panorama que le espera no es muy halagüeño, y más le vale que se saque pronto un buen conejo blanco. Si no quiere perder el poco crédito que le queda, debería ser coherente, y gobernar exclusivamente con los votos de apoyo de ERC, lo cual será interesante de ver, porque no lo olvidemos CiU es de derechas y ERC es de izquierdas, como su nombre bien índica. Hasta la llegada del ansiado referéndum, si es que llega, la actual situación económica obligará a seguir tomando medidas de austeridad presupuestaria, que vendrán impuestas por Madrid y Bruselas. Mas lo tendrá crudo para convencer a los de ERC cuando tenga que aplicar medidas como el euro por receta. ERC debería valorar mucho sus últimos resultados, y no cometer los mismos fallos que cuando era parte del tripartito. Claro que a Mas siempre le queda la opción de volver a convocar elecciones en cualquier momento, mientras las gane puede hacerlo tantas veces como quiera. Repetirlas hasta la saciedad, hasta que el resultado sea el que mejor le convenga. Claro que entonces a lo mejor se queda sin votantes, ya que todos se han pasado a ERC.