martes, 23 de octubre de 2012

Por un futuro que funcione

Si entendemos la prima de riesgo como un indicador de la confianza de los inversores en la solidez de una economía, resulta chocante que un gobierno saque reiteradamente la tijera presupuestaria cuando su     diferencial respecto al bono alemán habita la cómoda banda de los 20-30 puntos. Hacer recortes importantes y muy rápido no debería ser agradable para ningún gobierno, ya que resulta altamente impopular, y la impopularidad se paga con la pérdida de votos. No obstante, para un político que se define como fan de Margaret Tatcher, y que prometió menos Gobierno y más sociedad, no debe ser especialmente una carga muy pesada lo de ir recortando en prestaciones y servicios. Es el sueño de cualquier neoliberal, recortar el tamaño del Estado hasta dejarlo en la mínima expresión. Si además, cuando se llega al poder se está en medio de una recesión, miel sobre hojuelas, porque los recortes,  aún sin haber formado parte del programa electoral, se pueden justificar sin que ello levante demasiadas ampollas.

Por lo de la prima tan baja, que si no parecería que estamos hablando de Rajoy. No es casualidad, es que a don Mariano el personaje en cuestión ya le causaba admiración mientras él era sólo oposición (1). Ahora, ya en el poder, simplemente se dedica a imitarle. Salvando las distancias, son como vidas paralelas (Algunas distancias: David, que así se llama el personaje en cuestión, estudió Filosofía, Política y Economía en la Universidad de Oxford, obteniendo los mejores resultados de su promoción; Mariano, en cambio, es Licenciado en Derecho por la Universidad de Santiago de Compostela, y Registrador de la Propiedad).

Como Rajoy, David, que se mudó al 10 de Downing Street un día de mayo de 2.010, creía tener su particular receta para salir de la crisis; pero si Rajoy entró a degüello reformando el mercado laboral sólo algunas semanas después de haber llegado al Gobierno; Cameron, que así se apellida el personaje en cuestión, fue más cauto, y necesitó de casi medio año en anunciar su primer programa de austeridad. Era, eso sí, un programa muy ambicioso, que tenía como objetivo reducir el déficit del 11,1% del PIB en 2009-10 al 1,6% en 2015-16. Para conseguirlo el programa se basaba en la aplicación de un paquete de medidas del tipo: mandar al paro a  medio millón de  funcionarios, reducir los gastos ministeriales un 19%, retraso de la edad de jubilación, subida del IVA al 20%, entre otras.

Si Cameron creyó en algún momento que su programa iba a dar resultados de cara al final de su legislatura, hoy en día esa idea debe haberse borrado de su mente. Lo cierto es que dos años después, el único dato bueno de la economía británica, junto con un sorprendente paro de "sólo" el 7,9% (2),  es la ya mencionada prima de riesgo, y eso gracias a contar con un banco central propio, con capacidad para cortar de raíz cualquier movimiento especulativo. Por lo demás, los datos macroenómicos británicos son simplemente un desastre. En agosto de este año, "el Reino Unido acumuló tres trimestres de recesión y el Banco de Inglaterra ha estimado que el PIB no llegará a un saldo positivo en 2012 cuando a principios de año la previsión era de un 2%. El déficit alcanza los 15.300 millones de euros frente a los 8.000 millones de 2011", situándolo en 8% del PIB. Vamos, que de lo previsto nada de nada.

Aun así, Cameron insiste y a principios de mes ya ha anunciado que hará falta aplicar más medidas dolorosas para salir de la crisis, con nuevos recortes del gasto social por valor de 10.000 millones de libras. A pesar de poder contar con la capacidad que otros no tienen, al ser dueño de la máquina de hacer dinero, el fracaso de sus medidas de ajuste enmarcadas en un contexto de crisis europea general, no dan mucho margen al gabinete de Cameron, que ya ha probado casi todo lo que se podía probar:  "se han mantenido los tipos de interés bajísimos durante 28 meses, el Gobierno ha tomado prestados 390.0000 millones de libras (el 27% del PIB) en tres años y se han inyectado otros 200.000 millones vía política monetaria. Pero ninguna de estas tres políticas ha reanimado a la economía. La libra ha permanecido a niveles muy bajos, pero las exportaciones tampoco han conseguido impulsar recuperación alguna". Si al comienzo de la legislatura, los recortes podrían ser de alguna manera calificados de opcionales, ahora ya no tienen casi nada de optativo, son simplemente una huida hacia adelante. Seguro que ahora Cameron no estará tan convencido de sí mismo: no es lo mismo recortar salvajemente al principio que hacerlo habiendo cruzado el meridiano de la legislatura.
Por si tenía alguna duda, el pueblo británico ha decidido este pasado domingo comenzar a dejárselo claro, así más de 100.000 ciudadanos se han manifestado contra las políticas de austeridad en Londres, Glasgow y Belfast. Resulta muy significativo el lema de la convocatoria: “Por un futuro que funcione”. Parece que la ideología neoliberal no siempre resulta una garantía de futuro. ¿ Pasará lo mismo con España ?


(1) Recomiendo encarecidamente la lectura del artículo del enlace. Es del 6 de noviembre de 2.010, y pone de evidencia a aquellos que se puedan hoy sentir engañados por el PP que no leyeron lo que tenían que leer, porque advertidos ya estábamos todos.
(2) Parte de la explicación de por que el paro no es más alto se encuentra en el empleo temporal (3 millones de trabajadores)

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