miércoles, 2 de enero de 2013

Tras el abismo


Mientras escribo esta entrada, los representantes republicanos en la Cámara (The House), en boca de su líder Eric Cantor, se han pronunciado en contra del proyecto de ley aprobado de madrugada por el Senado, y que intenta a modo de parche esquivar mínimamente el abismo fiscal. Los republicanos, no obstante, se volverán a reunir a lo largo del día para discutir como siguen adelante. Todo se mantiene en el aire, pero de momento, sin ninguna ley aprobada que lo enmiende, el abismo fiscal ha llegado.

Releo un artículo del Washington Post de la madrugada del día 31, titulado "Cómo el Congreso ya ha fracasado con el abismo fiscal", y como sus autores, me pregunto de que forma el país más poderoso del planeta será capaz de resolver sus problemas de deuda en el futuro, si ante una situación de amenaza real e inmediata de recesión económica sus políticos son incapaces de ponerse de acuerdo, y llevan así año y medio. Me pregunto qué pasará en febrero, cuando el techo de deuda actual, 16,4 billones de dólares, sea presumiblemente alcanzado. ¿Volverán a elevarlo también in extremis con un acuerdo de desacuerdos? ¿Tendrá que mandar la Adminstración Obama a los funcionarios a casa, por no tener dinero con que pagarles? Aún siendo muy optimista, y suponiendo que el nuevo Congreso que se constituya oficialmente en base a las elecciones del 6 de noviembre (el actual se disuelve el día 3) haga un poco menos la vida imposible al Presidente Obama, la posibilidad de que la política americana encuentre una solución duradera a sus problemas de fondo económico es hoy por hoy muy baja. Sin esa solución a largo plazo, la pregunta es ¿cuánto tiempo puede un Estado sobrevivir a base de deuda, creciendo ésta de forma exponencial? ¿Hasta cuándo podrá la economía aguantar sin saltar por los aires?

Si yo fuera inversor, tendría muy presente estas preguntas, la mayoría sin respuestas claras, antes de cederle prestado un sólo dólar al Gobierno de los Estados Unidos. Veremos como reaccionan en los próximos días los mercados. Interesante será ver mañana su reacción, la cual sin duda estará muy condicionada por la decisión final que adopte en lo que resta de día la Cámara.

El nuevo año ha comenzado, y ojalá me equivoque, pero tengo la sensación de qué como el anterior se nos va a hacer muy largo, y eso que nuestro ministro de Economía se esfuerza en darnos ánimos, y nos promete que en España se creará empleo a partir del último trimestre. Hubiera estado bien que entre los propósitos del nuevo año, el Gobierno se hubiese autoimpuesto acompañar con datos y análisis las predicciones con las que de tanto en tanto nos sorprende algunos de sus miembros. Por desgracia, parece que esta año habrá más de lo mismo. Tampoco soy muy optimista con el resto de actitudes del Gobierno para el recién estrenado año nuevo.

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