sábado, 25 de agosto de 2012

La tragedia del euro

Hay ciertos discursos que a uno le hacen perder un poco la compostura. En general, pasa siempre que se falta a la realidad, y en particular, cuando además se hace de forma demagógica. Yo, por ejemplo, no soporto que alguien diga cosas del tipo:
  • Sin Alemania muchos de sus socios nunca hubieran disfrutado tipos de interés tan bajos y nunca podrían haber expandido sus gastos públicos sin una inflación importante. El euro y la garantía de rescate implícita por parte de Alemania les ha permitido vivir por encima de sus capacidades y a costa de los alemanes
  • Es sólo gracias a Alemania que los intereses de la deuda pública italiana y española no están más altos
  • Los periféricos tienen que reducir radicalmente los gastos estatales (que no se hace), tienen que bajar los impuestos (los suben), tienen que privatizar todas las empresas públicas (no se hace) y tienen que liberalizar profundamente los mercados, especialmente el mercado laboral (tampoco se hace)
  • Se les había prometido que no habría rescates ( refiriéndose a los alemanes ), que están prohibidos en Maastricht, y los hay. Así que supongo que están descontentos y temen por el valor de su moneda. Lo que pasa es que todavía existe un cierto sentido de culpabilidad y el temor al aislamiento en Europa, que hace que todavía no haya aún más resistencia en Alemania.
Me altero cuando leo este tipo de cosas, por mucho, que quién lo haya dicho se llame Philipp Bagus sea alemán, doctor y profesor de Economía en la URJC de Madrid, y además haya escrito un libro llamado “La tragedia del euro”.

Me extraña mucho que siendo alemán y además economista no sepa la evolución de la deuda alemana de los últimos 14 años. Estoy seguro de que sí la conoce, y por eso digo que resulta demagógico afirmar que “ciertos países han podido aumentar su gastos públicos sin mucha inflación gracias a Alemania”.
Mientras que un cierto país llamado España, por ejemplo, mantenía un nivel de endeudamiento casi constante desde el mismo momento de entrada en circulación del euro, tal y como marcan las normas comunitarias; Alemania veía como su deuda crecía año tras año, pasando de los 1,295 billones de euro en el 2.002 a los 2,088 billones del pasado año. En España el gasto público sólo se disparó en el momento en que empezaron a sonar los primeros tambores de guerra ( agosto del 2.007, crisis de las "subprime" ). Es cierto que si miramos sólo los últimos cinco años, los de la crisis, el crecimiento de la deuda española en relación al PIB es espectacular, también lo es en Alemania, pero menos. Todos sabemos que en el Gobierno de Zapatero muchas cosas no se hicieron bien, pero si  el déficit público se  disparó, eso fue sólo en la segunda legislatura, cuando por falta de liquidez bancaria, el consumo cayó, las empresas tuvieran pérdidas, aumentó muchísimo el paro, y eso provocó, por un lado, menos ingresos en las arcas estatales, por otro, un enrome aumento del gasto social. Todo junto, más déficit, más deuda. Mucha falta de visión y decisión por parte del entonces Gobierno socialista, también. A pesar de todo, la deuda española aún estaba a principios de año 12,5% del PIB más baja que la alemana.

Lo que sí se debería preguntar el señor Bagus es por qué una economía tan pequeña como  la griega, está camino de ser el detonante de tumbar a la 4ª Y 5ª economía europea. Por si no se ha dado cuenta, estamos dentro de un mecanismo efecto dominó, donde tras un país viene otro, y así sucesivamente. Y cuidado, que para llegar a Alemania sólo faltarán dos estaciones cuando caiga Italia, aunque mucho me temo que el final del colapso será explosivo, y será toda la zona la que caiga a la vez.

Nada de esto estaría seguramente pasando si el euro no hubiese nacido. Los problemas financieros de los bancos se podrían haber resuelto de una forma clásica: aumentando la liquidez de cada estado, vía impresión de más dinero ( monetización de la deuda ), y/o a través de la devaluación de la moneda. Esa flexibilidad se perdió en Maastricht, pero eso es harina de otro costal, que merece ser tratado en un capítulo aparte. 

Me sorprende saber que el señor Bagus diga que Alemania debería salir del euro, aunque coincido parcialmente con él: Alemania y todos los países de la eurozona deberían abandonar el euro por incapacidad manifiesta de afrontar un proceso real de unión política, social y económica. 

P.D.: El euro además de ser la moneda de los alemanes, lo es también de otros 19 estados.

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