domingo, 19 de agosto de 2012

El plan B del euro según Erkki Tuomioja

El ministro de asuntos exteriores filandés  Erkki Tuomioja tiene un blog, y su última entrada  data de ayer sábado 18. Se  titula " Debate sobre las dificultades del euro". En ella, Tuomioja habla de su entrevista al británico periódico  The Telegraf, publicada el jueves con un titular explosivo: "Finlandia se prepara para la disolución de la eurozona".  En la entrevista decía cosas muy interesantes:
  • "El fin del euro no es algo que defiendan los finlandeses, ni siquiera el Partido de los Verdaderos Filandeses, pero hay que estar preparado"
  • "No hay reglas sobre cómo abandonar el euro, pero es sólo una cuestión de tiempo. O el sur o el norte se romperá porque el corsé que supone el euro está causando miseria para millones de personas y destruyendo el futuro de Europa"
  • "Es una catástrofe total. Nos vamos a quedar sin dinero debido a la manera en que se dirige. Pero nadie en Europa quiere ser el primero en salir del euro y asumir toda la culpa "
El titular del Telegraph es traicionero, ya que predispone al lector a creer que Finlandia trabaja activamente para salir del euro. En su blog personal, Tuomioja vuelve a reiterar lo que ya dijo en la entrevista: no es que nadie lo desee, pero puede acabar pasando y hay que tener un plan B. Trata de hipócritas a todos los Gobiernos  que no reconozcan tener también su propio plan y recurre al cuento de H.C. Andersen, "El traje nuevo del emperador", para ilustrar la hipocresía. 

Quizás aquí se equivoque, no sé por qué me da a mi que nuestro Gobierno no tiene plan B. ¿ Será por qué a lo mejor no nos ha demostrado hasta ahora tener plan A ? Mientras el euro sigue desfilando orgullosamente en pelotas, ¿ hará falta la voz de un niño, como en el cuento de Andersen, para que la multitud salga del engaño al que fueron sometidos ?


P.D.: leyendo la biografía de Erkki Tuomioja creo que los finlandeses tienen suerte de que un tipo como él forme parte de su Gobierno.

1 comentario:

  1. muy bueno lo del plan A, desgraciadamente real como la vida misma

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